sábado, 18 de abril de 2015

La vida cotidiana 

Les comparto un momento cotidiano en mi vida con perros

Tras la caminata matutina y los bocadillos de carnaza, a Pinto le gusta ir a recostarse en la recámara, aprovechando el fresco residual del aire acondicionado. Sparky se le une a veces y los dos reposan, uno a cada lado de la cama. La recámara permanece cerrada para conservar la temperatura, y esta situación causa que Pinto y Sparky se pierdan lo que ocurre en el exterior, lo cual en ocasiones puede ser bastante emocionante, a juzgar por el volumen y la duración de los ladridos de los demás. Ya sea un repartidor en moto, unos niños que caminan platicando entre ellos, un gato que camina en la calle, o un perro extraño, todo es motivo de alboroto. Cuando les ordeno callar, todos obedecen; sin embargo, eso no significa que no se repita la escena.

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